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Viajes a Italia: Venecia, La mágica ciudad fluvial

Venecia fue creada hace más de mil años. Se trataba de la localidad que controlaba las cuestiones mercantiles marítimas.

El título que otorgaban los emperadores romanos a la ciudad era “sereníssima” (la sublime). Gracias al comercio con oriente, Venecia se convirtió pronto en una gran potencia mundial. Su prestigio disminuyó cuando Napoleón, en 1797, entró en la localidad y ésta cayó fácilmente en manos de los invasores. Más tarde, a partir de las inundaciones de 1966 las cosas cambiaron. Surgieron diferentes fundaciones para la reconstrucción y proyectos de estudio para salvar Venecia.

La ciudad “flotante” es la capital de la provincia Veneto y cuenta con 320.000 habitantes. Éstos gozan de un clima mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos. De mayo a septiembre hay cálidas temperaturas, mientras que en otoño suele llover. Las viviendas, palacios y edificaciones diversas fueron construidas sobre 118 islas, con más de 150 canales y unos 400 puentes. En pleno siglo XXI, barcos y barquitas de todo tipo siguen siendo la forma de transporte por excelencia en Venecia, contribuyendo ello a crear un ambiente misterioso, casi mágico. Se trata, pues, de un lugar cuya singularidad no ha escapado ni a la inspiración de los artistas ni a la curiosidad de los turistas. Así, actualmente el casco de la localidad está lleno de visitantes y tiendas para éstos, entre otras cosas.

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En cuanto a transporte, este no deja de ser bastante especial, comparado con otros lugares del mundo. Gran parte de éste es de carácter acuático. Así, el autobús fluvial o “Vaporetto” se lleva la palma. Quizá no le guste a todo el mundo desplazarse en barca, pero sí hay que decir que las vistas desde el canal son magníficas. También están los taxis fluviales que son más bien caros, pero rápidos y eficaces. Hay además, autobuses regulares que pueden desplazarnos desde Piazzale Roma hasta Mestre o incluso a otros destinos.

Un buen motivo para visitar Venecia, a parte de su particular belleza, es el Carnaval. Éste no tiene nada que ver con los famosos carnavales de Brasil o de cualquier otra parte del planeta. No obstante, tiene un carácter propio que seduce a todo el mundo. Tiene una gran tradición que se remonta al siglo XI, cuando la ciudad era una gran potencia mundial. Sin embargo hasta el siglo XIII el carnaval no fue considerado como una festividad pública. En el siglo XVIII la fiesta consigue su máximo triunfo. Así, acudían a verlo aristócratas de diferentes países. Es típica de esta celebración la nariguda máscara del doctor de la peste. Pero más allá de ello, la esencia de este carnaval es el escenario mismo (sus aguas y canales) que ni tan sólo se tiene que montar. El misterio, pues, consiste en confundir por un día ficción y realidad en el ambiente más romántico y propicio para ello.

Hay muchos atractivos y lugares interesantes para ver y disfrutar en esta localidad. Buen ejemplo de ello es el famoso Palacio Ducale. Éste consigue plasmar magníficamente toda la esencia del arte gótico. Se construyó con el material importado de las colonias de la república veneciana. Durante la época del Renacimiento el edificio cambió con la creación de la “Escalera de los Gigantes”, realizado por Antonio Rizzo, y también por las decoraciones de Lombardo. En éste podemos observar los maravillosos cuadros de los artistas más destacados como: Tintoretto, Veronese y Tiziano.

Otro edificio importante es el Campanario de San Marco, situado en la Plaza de San Marco. Este campanario se reconstruyó exactamente tal y como era, tras su derrumbamiento en 1902. Y es que así lo quisieron los venecianos. Se reconstruyó también la “Loggetta del Sansovino”. A través de la torre de la alarma podemos gozar de unas maravillosas vistas de la ciudad. En la misma Plaza está ubicada la popular Basílica de San Marco, símbolo de Venecia. Consta de más de dos kilómetros cuadrados de preciosos mosaicos. Además hallamos aquí auténticos tesoros como es la “Pala d’Oro”, una obra espléndida de arte orfebre gótico/bizantino. Hallamos, así, preciosos cristales, tazas y vestimentas litúrgicas. Los bellísimos mármoles se han restaurado recientemente. Aún en la misma plaza San Marco, podemos visitar el Museo Marciano. De éste destacaremos la copia original de los caballos de bronce que estaban ubicados fuera de la Basílica de San Marco. También señalamos la manta realizada por Paolo Veneziano duarante el siglo XIV, la cual cubría la Pala de oro en los días laborables. Antes de abandonar este lugar de Venecia podemos acudir al Museo Correr, que está totalmente dedicado a la ciudad. A su historia, su arte y su cultura. En las salas de la Ala Napoleónica realizamos un recorrido histórico a través de la escultura y el arte.

Por otro lado, la Cá Di Oro, fue designada como uno de los edificios más impresionantes de Venecia. Con una fachada de bellos colores, la Cá Di Oro estuvo durante un periodo de tiempo pasando por diferentes restauraciones. Esto duró cinco siglos hasta que en el siglo XIX el barón Giorgio Franchetti compró el edifico, con el fin de crear una galería de arte. En este lugar podemos contemplar obras de grandes maestros como: Carpaccio, Diana y Mantenga. También aquí encontramos diversos cuadros de la escuela flamenca, dignos de admirar. En el patio trasero está ubicado un pozo. Se trata de una obra realizada por Bartolomeo Da Bon con mármol rojo de Verona, en 1427.

Una de las galerías más importantes de la localidad y también de Italia es la Galleria de Academia. En esta hallamos cuadros de la escuela veneciana que van desde la Edad Media hasta la época del Renacimiento. Hay muestras de autores tan reconocidos como son: Tiziano, Tintoretto, Giorgione, Bellini y Veronese. Además encontramos piezas de artistas del siglo XVIII . Está el Tiepolo y las escenas interiores de Longhi, así como las obras de Rosalía Carriera. Pero si lo que nos gusta de verdad es la escultura griega y romana, entonces debemos acudir al Museo Arqueológico.